Vergüenza
el pulgar sobre la ceja
vuelve el ojo azul
se cuelan
los tres rostros del amo
y hay un ramalazo
de luz entumecida
copas traslúcidas
que apenas entreveo
la intermitencia obliga
a un sesgo que ennegrece
se endereza el cuello
y ahora
el pulgar presiona
sobre la arruga inmóvil
que en las venas repliega
sus afanes
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