Un portal de ovejas
(Fragmento)
I
marcha de la luz
ligera en los ojos
un cardenal de fuego
sigue
al trocito de verdor
partido en algún punto
donde el terrón pisoteado
abre la derrota
al peso de la recua
sigue
retumbando desconfiada
irradiando el polen justamente
la harina del camino
flota gaseosa
y compadece a la seca
en un mismo costal
la lluvia de los páramos
sigue
de su fina mano y sacia
el restregón del viento
contra la zarza humeante
el horizonte borroneado
cuela una estría de losa
reflejo pedroso de mica
canteada de la sierra
sigue
atenta ella de sus flancos
hilada por hilada
radiada de su juicio
y oliendo como llega
al borde de su paso
las letras con sus cascos
sujetan un verbo verde
garrapateando confidencias
con las heces espaciadas
encauzan la oración
ya que la senda por ahí
sigue
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