En un extremo de la noche
que no retorna nunca
un hombre hace infusión de mí:
trama hace
de esta que escribe
y huye.
Jala de la razón
él
mientras yo me desnudo
como al descuido
para torcer la soga
que nos enreda
blanco
hacer
en el centro de los ojos.
Con la primera luz
el siempre da la espalda
para volver con la mano escondida
y mi nombre sabiendo
en su boca
a lengua muerta.
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