16.11.08

Espumas

Ahora el olvido trabaja
donde crecía el dolor.

El deseo es plural y esquivo
espuma y escama,
un dedo sobre la piel.

El amor,
un pez fosforescente
que huye del anzuelo
de la muerte.
IV

Amor mío.
Amor mío.
El tiempo de las Furias
ha llegado.

Es otoño y martes
y cotiza en bolsa el miedo.
Juguetes

Al revés,
juguetes abominables
se llevaron mi niñez.

Sobre añicos
ñicos
me pongo a jugar.
5

Respiro con dificultad tu nombre incógnito.
Lloro sin pañuelos.
La llama se apaga para invitarme al sueño.
Tu parte, tu lado, tu soplido bajo el cabello tras la oreja.
Pasaría la lengua por tus huellas,
aprendería a embalsamarme por si no estás en esta vida,
mataría,
robaría,
desearía a la mujer de mi prójimo,
levantaría falsos juramentos.
Me quedaría de pie, convirtiéndome para siempre en sal, mirándote.

14.11.08

Pavo real

i

Esta primavera goteo sobre el
marco rojo mortecino de la ventana.

Cuelgo mi saliva
y desprendo el hilo que
sostiene -apenas- mi sacón bordó
deshilachado, ya vencido.


ii

Una canaleta verde musgo
se expande entre las venas.

Una canaleta verde musgo
se expande.


iii

Las plumas se confunden en el marco,
en el canto los colores brillan
adheridos al hedor, sus colores,

al agua turbia que contamina
y confunde pegajosa
la vista, gotea.

Sobre el marco rojo
mortecino de la ventana, de nuevo
el frío separa las plumas, caen.

13.11.08

20

Yo podría haber sido otro, padre,
¿usted sabe?
Nadie me dijo que aquí, muerto,
con este traje que llega hasta el piso
no era yo mismo.
Quisiera creer que no todos padecen
lo que yo. Nadie calza estos zapatos
a destiempo, este manto de ceniza
que echara a volar como una mariposa
buscando alimento entre mis ruegos.
Claro que me pregunto qué hago de estas flores
cada vez que se me seca una en el florero,
que quisiera saber por qué el aire del muro
se queda como una piedra y no lo derriba.
Este es un infierno habitado por ángeles:
por una parte, es casi racional que aquí nadie
pueda volar; por otro lugar,
todo arde en el viento de este calor inmenso.
Yo hubiera permanecido aquí,
sentado en estos fresnos, padre,
tocando la tierra que sembrarán mis hijos,
juntando los racimos de piel que nadie levanta:
humanos en mis huellas, frutas de estos árboles,
semillas digeridas por los insectos de Quarently.
Pero la esperanza es más un animal
que una serie de pastos secos y campos,
porque come de ellos, porque pisa sobre ellos.
Si Ud. me lo hubiera dicho todo, padre,
así habría pasado la vida,
mirando a ese animal que se devora a sí mismo.

Del libro Desnudos en Quarently, "Los muros".

11.11.08

Un portal de ovejas
(Fragmento)

I

marcha de la luz
ligera en los ojos
un cardenal de fuego
sigue
al trocito de verdor
partido en algún punto
donde el terrón pisoteado
abre la derrota
al peso de la recua

sigue
retumbando desconfiada
irradiando el polen justamente
la harina del camino
flota gaseosa
y compadece a la seca
en un mismo costal
la lluvia de los páramos
sigue
de su fina mano y sacia
el restregón del viento
contra la zarza humeante

el horizonte borroneado
cuela una estría de losa
reflejo pedroso de mica
canteada de la sierra
sigue
atenta ella de sus flancos
hilada por hilada
radiada de su juicio
y oliendo como llega
al borde de su paso
las letras con sus cascos
sujetan un verbo verde
garrapateando confidencias
con las heces espaciadas
encauzan la oración
ya que la senda por ahí
sigue

Speculum mundi

Siempre me he sentido fascinado por el cuadro que muestra a Parmigianino mirando un espejo convexo. Tiende su mano alejándola del cuerpo, de modo que este es dos veces mayor que su cabeza y toda la habitación tiene el aspecto de una esfera convexa.
John Ashbery

I

Francesco Mazzola
El Parmigianino
.......cautivo en su esfera
......................................de azogue.

La gran mano delante
de su figura andrógina
como deteniendo el mundo.

dice que no,
............ que nunca,
.................que nadie
quiebre el sueño
..........................en su luna terrestre.
II

Ah, Parmigianino
......si replegaras el gesto,
......(si tu corazón fuera tocado)
si, como Anthea, tu corazón tocaras

....se derramaría como una ola
.......el aire enrarecido
.............................................que perforó el tiempo.

Y el cielo veneciano,

la muselina,
.....el anillo de coral,
.....y hasta la dulce carne
.........................................de tu espectro

se deslizarían por las pupilas
....como un fresco bocado
............................................de desilusión.
Diáspora o metáfora mobiliaria,
el contorno de esos árboles
-sombras dispuestas a volver-
agita, retuerce, sacude
los escombros metonímicos.
En su invasión animista, ellos
paralizan el reflejo que me doy
sobre las cosas.
El fértil retroceso
del viento, o de los afluentes,
y su bullicio de construcciones
hace descarga
sobre la casa arrasada.
Los restos, fonética
de una música
nunca alcanzada.
Primavera
cuarta lectura del pan de la palabra


“…y decíamos si en uno se silenciara el tumulto de la carne.”

Sometí a mis criaturas interiores
hoy también corregí la torsión de mal comer

Azotes de razonamientos

(la muchacha guarda un higo bajo la panza)

“sí…almorcé con las manos”

Un silencio de temblor

cayeron los cubiertos
en las faldas del mantel
vi…
como allí el hombre seminaría
VI

pudo acaecer sin premura
pero ante todo
la falta es la constante

en estado de inocencia
la máxima tensión
es una
y es múltiple

piezas sueltas
no hay
Lo acariciado se rodea

Es por descarne que
resalta en ausencia.
Pulsa alrededor de la dualidad.
Lo acariciado es un lugar
del deseo que habla.
More time

He sentido el paso del tiempo
como extraño en un mundo
de paradojas, paseante mudable
evaluando obras de arte, cierta
mañana en que nubes y ventana
discurrieran a través de la luz,
para volver a empezar bajo un tono distinto
a la sombra de mi mano derecha,
y sus modificaciones patentes en arrugas,
con personajes recién llegados
a la escena en una silla metafísica
y otros acontecimientos que siguen sucediendo,
que no vale la pena detallar de una manera
inevitablemente inconclusa.
Invierno de a pie

sentada en la galería
el arco de su pie
deja caer la música

sol indiferente y vago que ilumina
un pasto que no crece
que cae de sus cabellos:
ceniza de otros vientos
sobre el blanco hilo
del libro.
I

La escultura inventa el espacio.
Hace jugo de luz en la carne exprimida del mármol,
agujeros de luz en el tiempo muerto de la Presencia.
La eternidad está hecha de muertes sucesivas, el escultor
salva la materia del olvido; y la forma, del sueño.

La suerte tiene forma de cumpleaños.

Sin embargo, la aguja de la memoria desteje lentamente veloz
lo que se crea más acá del Tiempo. Ahora,
la presencia es hilo flojo que tu sombra tiende a mi
transparencia.

Mi mensaje no es claro: encontré
otra vez la primera vez del haber espacio para esculpir
silencio,
fue desgarrar el mármol del azar sin amasar.
Los Surcos del Acontecimiento retornan como yeso en flor
para inventar mi yema.

3.11.08

fotograma

Sábanas oreándose
/pausa/
edredón con sangre salpicada
cada musgo tuyo entre las plumas
caracol mío, caracolito
Vergüenza

el pulgar sobre la ceja
vuelve el ojo azul
se cuelan
los tres rostros del amo
y hay un ramalazo
de luz entumecida
copas traslúcidas
que apenas entreveo

la intermitencia obliga
a un sesgo que ennegrece
se endereza el cuello
y ahora
el pulgar presiona
sobre la arruga inmóvil
que en las venas repliega
sus afanes
Imagen

Cuando era niño
Adán ultrajó sus párpados
con la visión de una adolescente en las aguas.
Esa figura, junto con el primer color del espacio,
lo espoleó amorosamente,
lo hizo girar en su sí mismo,
haciéndolo participar
en una puja interminable de sortilegios edénicos.
Así, poseído por una especie de sibilancia hipnótica,
nada supo del árbol ni del río;
nada supo del núcleo relacional
ni del ángel-reptil.
al final de la playa se definen los vientos
confluyen algunas gaviotas\ en la desolación
de los restos\ de un castillo emergen
tumbas de almejas
tumbas que complican las manos\ en arena
húmeda
Rotonda

Hay algo del esfuerzo por llegar
que es chorro sucio de demora
en el agua plácida de planes,

algo que se posa en la silla del cráneo
cuando no tiene otro lugar
y huele a desazón.

Así hasta que el deseo lo bautice,
la voluntad enmiende su mesura
y se salga por la voz.

Pero si la oreja uterina que fuimos
no pasa al modo lengua,
algo con mordaza
toma asiento
y dibuja otra puerta.